jueves, 23 de febrero de 2012

NUNCA FUIMOS A KATMANDU POR LOLA MARINE


Es una novela que genera vivencias impactantes utilizando un lenguaje rico en metáforas. La novela gira en torno al significado del concepto"envejecer". El contexto histórico y social de los personajes le permite al lector comprender la forma de pensar y de actuar de cada uno de ellos: Laura, Elena, Gloria, Irene, han llegado a una edad, en la cual, la vida adquiere nuevos retos y posibilidades.
¿Qué ha pasado en el transcurso de una vida? Para responder a la pregunta se precisa hacer un contraste histórico.
Laura y Elena quienes estudiaron en la misma escuela recibieron una formación académica tradicional con profesores que utilizaban tablero y tiza. Hoy, se recurre al IPAD2; las clases son virtuales; y por medio de Skype, a través de una video-llamada en tiempo real, se le puede preguntar a Blanca Miosi, a Antonia Romero, sus impresiones sobre las ediciones digitales sin necesidad de viajar a Caracas o Barcelona. En ese contexto cincuenta años en la vida de una persona no pareciera ser un número fatídico después de todo.

Los personajes de la novela se enfrentan a normas establecidas, convencionalismos, apariencias. El gran mérito de Lola Mariné reside en plasmar con lujo de detalles las vicisitudes económicas y familiares, logros, frustraciones, e incluso sueños y fantasías de cada uno de los personajes. 

La siguiente generalización de la novela es apenas un esbozo de la misma que, sin lugar a dudas, hay que leer:

El Domingo que Laura cumple 50 años, su hija Marta la despierta con un beso. Javier llama. Por la forma como Laura contesta y cuelga el teléfono no tiene buenas relaciones con El, se ha perdido la amistad. Marta había salido con el novio a quien Laura describe como un joven con un corte de pelo estilo Punk. Es la moda. Como lo fuera en los 70´s cuando los jóvenes usaban botas vaquero, pantalón bota campana, camisa floreada, pelo largo hasta los hombros, y un fuerte olor a hierba impregnada en la piel.

Laura considera que cincuenta es una cifra fatídica. A esa edad uno se puede morir en cualquier momento de infarto o ya haber desarrollado diabetes tipo 2. El espejo no miente: Laura se percibe gorda, el pelo ya no luce radiante como el de una mujer de 20 años aunque se sienta de esa edad. Decide ése Domingo salir a comer con su amiga Elena, la periodista, quien no cree en el matrimonio. Y no cree porque su familia es disfuncional nunca tuvo la presencia del padre, su madre fue muy posesiva, y su hermana Irene muy conformista con la vida. Elena considera que compartir el lecho con un hombre que ronca  y se tira pedos mientras duerme es todo un suplicio. Y un infierno criar hijos, sin duda, pensando en las malcriadas de sus sobrinas. Elena al parecer no tiene ni mascotas. La madre de Laura la invita a comer y ante el deseo de sólo ir a tomar un café al anochecer, cavila sobre los cambios sufridos en la tradición familiar española. Sin mencionar que el matrimonio es una empresa donde los socios aportan capital y trabajo y cuando uno de ellos no lo hace, se disuelve. La frase " Hasta que la muerte nos separe" suena más a retórica de convento que a una transacción económica que es en verdad lo que la sociedad conyugal significa. Habría que preguntarle a Javier qué sucedió realmente con Laura para tener al menos dos versiones de los hechos. Porque las personas no son como aparentan ser ni la versión de los hechos dada por Laura pareciera ser lo suficientemente objetiva.

Un carné de afiliación al gimnasio fue el regalo de cumpleaños de Marta. Allí, Laura se relaciona con Gloria, Teresa, Ruth. Gloria es una hermosa rubia de 57 años. Hija de "papi y mami" y quién lo ha tenido todo. Pero en el fondo es una mujer vacía, llena de miedos, siempre presumiendo, insatisfecha. Habla todo el tiempo y no tiene la paciencia de oír a los demás. Gloria la mujer que aparenta ser una gran esposa, una madre ejemplar, confirma las sospechas de que Diego, su esposo, el alto ejecutivo, la engaña con una mujer 30 años menor que El. Diego la había llamado para decirle que no la esperara que tenía una cena de negocios. Mintió. El creía conocer el patrón de conducta de Gloria quien presa de sus temores y angustias no se atrevería a salir sola, y menos en la noche, a buscarlo. Se equivoco.
¿Cuál es la actitud de Gloria? Trata de guardar las apariencias, no discutir o formar escándalo, por aquello del qué dirán. Así que acepta la situación y busca también un amante. Un hombre más joven. Fue con un Senegalés , bien dotado por cierto, a quien Gloria se entrega con regocijo. Si Diego se entera no tendría autoridad moral para reclamar y eso la liberaba de cualquier culpa...

La novela se va develando. El lector descubre las virtudes y defectos de los personajes. es testigo de cómo uno de los personajes repara el daño causado. También existe el perdón. pero sobre todo el amor. La vida o nuestro transcurrir por ella no tendría sentido si nos refugiamos en el pasado y no nos damos la oportunidad de soñar, de tener ilusiones, sin importar que al intentarlo volvamos a tropezar pues siempre tendremos que volver a empezar.   

3 comentarios:

  1. Preciosa reseña de la novela, Fernando, Lola ha tenido mucho suerte en que te hayas dignado a hacerla. Pero aclaro: no se llama Marina, se llama: Lola Mariné.

    Un abrazo,

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  2. Muchas gracias, Fernando, por tan magnífica reseña. Me sorprende la rapidez con la que has leído y reseñado la novela.
    Y reitero lo que te comenta Blanca: soy Lola Mariné. Ni Alicia ni Marina, jajaja! LOLA
    Gracias y un saludo

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  3. Gracias, Fernando.
    Con tu permiso lo comparto ;)

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