"Los inconformes" protestan contra la corrupción en Washington y del rescate que se hizo a las grandes corporaciones con el dinero de los contribuyentes. ¿Se socializaron las pérdidas y se privatizaron las ganancias?
Protestan por el despilfarro de los recursos económicos en dos guerras estúpidas. Esos recursos invertidos en obras de infraestuctura, educación, salud, hubieran creado trabajos. Así de simple. Entonces, le pregunto al Congreso: ¿Qué reactiva la economía?, ¿La inversión o el gasto?.
Se protesta contra los Demócratas y Republicanos quienes se han alternado el poder en los últimos 200 años. ¿Representan al 1%? Si es así, no tiene autoridad moral para imponer "democracias" en otros países.
Mientras tanto en la Main Street la crísis golpea al propietario de vivienda, ahora considerado pobre, quien observa con desilusión cómo se ha deteriorado el valor de la misma, y con ella sus ahorros, en los últimos años. Golpea al pequño empresario quien en vez de contratar, reduce trabajos, porque la capacidad de compra ha disminuido entre la población americana y, ademas, no tiene incentivos de financiación. Golpea al profesional quien con un título universitario no encuentra trabajo, sintiéndose engañado, estafado, y con una deuda de miles de dólares que adquirió para un mejor futuro.
El panorama no puede ser más sombrío. Y la retórica de los políticos, las falacias en que incurren los tecnócratas con teorías económicas de toda clase no logran explicar la realidad social en que vivo. Sólo mi propia experiencia vivencial le da sentido a mi cotidianidad.
Miles de personas llevan más de un año buscando trabajo en el Maravilloso País. Me siento afortunado de tener, en los dos últimos años, un trabajo estable. En el 2008 cuando trabajaba por mi cuenta, Entreprenaur, el carro era una necesidad. Ahora trabajo como asalariado y uso transporte público. Me siento mejor así. Devolver más del 40% del ingreso al Tío Sam por concepto de impuestos, trabajando 12 horas diarias, no se justifica. Hubiera ganado más dinero trabajando medio tiempo, más tiempo para leer, hacer deporte, en otras palabras, tener una mejor calidad de vida.
Al IRS le pareció que había hecho mucho dinero. A Mi, injusto utilizar el dinero del trabajador americano para financiar unas guerras cuyas causas, después de 10 años, aún siguen siendo confusas. Salvar de la quiebra a unas corporaciones que contribuyeron a la crísis financiera actual porque no fueron controladas, pues crearon sus propias reglas de juego, es más que un insulto.
Solía vivir en un apartamento amplio, bien iluminado, con balcón. La cocina era nueva, lo mismo el baño, un chorro de agua bien potente al bañarme. Lo entregué. Vivo en una habitación, todo incluido. No pago servicio de cable, calefacción, luz. Además la mayor parte del tiempo trabajo así que es un gasto excesivo vivir en apartamento y tener carro nuevo. El carro lo vendí. Ello ha representado un ahorro adicional pues ya no tengo que pagar seguro, mantenimiento, gasolina. Esos ahorros me han permitido pagar el apartamento que compré en Medellín por medio de fiducia, mes a mes, sin necesidad de préstamo bancario, es decir, de contado.
Me pregunto cómo estaría hoy si hubiera comprado vivienda aquí. Todos hemos perdido con la crísis. las viviendas han perdido un 30% de su valor pero los préstamos hipotecarios permanecen inmodificables. Y si además, se pierde el trabajo, se pierde la propiedad y los ahorros de toda una vida. Muchas personas estan vendiendo por lo que sea para no perder todo y volver a empezar de nuevo. No es mi caso. No tengo que permanecer en un trabajo que no me agrada, en un ambiente xenofóbico, dentro de una cultura laboral de ineptitud burocrática. El trabajo que hago me gusta, le da sentido a mi existencia. No es un trabajo enajenado. No debo soportar el insulto, el desplante, la puñalada por la espalda, pues de no hacerlo, perdería mis ingresos y no podría pagar la deuda con el banco. Me siento contento de no estar viviendo esta Pesadilla Americana.
Mi título universitario en Negocios Internacionales, obtenido en una Universidad de Nueva York, cuelga en la pared. Fue placentero y productivo haber estudiado aquí. Siempre he dicho que las bibliotecas y universidades son los lugares más hermosos que tiene este país.
En la biblioteca de la Universidad observaba el Río Hudson, mientras leía, y experimentaba una sensación de libertad, de ensueño. La misma vivencia existencial del Jardin De Freud, en la Universidad Nacional, cuando era un estudiante de filosofía y trataba de dilucidar el sentido de la vida. Esa sensación que se evoca porque yace en el recuerdo y no quiere morir en el olvido pues siempre intenta responder al qué puedo conocer, qué puedo hacer, qué puedo esperar.
El título permanece en la pared. lo he cambiado de lugar varias veces. le di una copia a mi mamá para que lo colgara en la sala del apartamento. la última vez que la visité no lo vi. Tampoco le pregunté qué lo había hecho. Deapareció. De todas maneras no fui a la universidad por un cartón. Quería aprender a leer. A leer despacio, por lo profundo, como rumiando las palabras.Y si todo está por hacer, por transformar, dentro de un proceso dialéctico, la creatividad y la innovación no se aprenden en un salón de clases. Tampoco tengo el título para chicanear. Aunque aquí hay mucho colombiano chicanero presumiendo lo que no tienen. pero eso es otro cuento. El diploma no lo tengo para resaltar hojas de vida. No las necesito. La única vez que trabajé como economista administré la liquidez de una empresa en un ambiente de afinidades burocráticas. era un trabajo elemental: Sumar y restar. Un economista debe resolver la inequitativa distribución del ingreso y solucionar el problema de la pobreza. En esas circunstancias se me presentó la oportunidad de venir al Maravilloso País. Y aquí encontré que la mayoría de inmigrantes son los mal dormidos,los mal comidos, los que no la pudieron hacer en Colombia por falta de oportunidades, exclusión, violencia. Muchos están regresando porque no encuentran trabajo y cómo mantener a sus familias. podría ser mi caso. Pero eso es otra historia.
He ido a Colombia dos veces en el último año. Y en las dos ocasiones visité al odontólogo. Es más económico ir a Colombia, pagar hotel por dos semanas, que hacerse un tratamiento odontológico aquí: Excesivamente costoso y no de muy buena calidad. Aproveché también para hacerme un examen físico general especialmente el de glicemia. El estilo de vida, los hábitos alimenticios, y la falta de ejercisio, contribuyen a la epidemia de diabetes que padece la población americana, la cual, más que una enfermedad prevenible es todo un problema cultural. Afortunadamente, tengo la presión normal, no tengo colesterol, y mis niveles de azucar son normales.
Yo, al igual que 50 millones de americanos, no tengo seguro médico. Me gustaría tener una EPS, servicio de salud hoy, y estaría de acuerdo que me descontaran de mi pago una cantidad de dinero al mes. Así como me descuentan semanalmente el Medicare, un seguro de salud, que podré disfrutar en 20 años cuando me retire. Así trabaja el Sistema en este país, con una economía industrializada, pero con una cobertura de salud propia de paises subdesarrollados.
Pudiera estar recibiendo beneficios de desempleo. Miles de americanos lo reciben, algunos, por 99 semanas que es el tiempo límite.Pudiera estar recibiendo cupones de alimentos: Más de 40 millones de americanos se benefician de este programa, sin el cual, aguantarían hambre. Pudiera perder este trabajo en cualquier momento. Estoy preparado. Por ahora disfruto de un café y trato de leer. Desearía tener más tiempo para hacerlo. He bajado de la Nube 30 libros a mi E-Reader que puede almacenar 3500. Toda una biblioteca móvil al alcance de mis manos.
No siento una pesada carga sobre mis hombros, por tanto, camino confortable. Llevo sobre mi espalda exactamente la carga que puedo soportar. Trato de no agregarle más peso, con culpas ajenas. Evito tomarme el veneno que destilan las personas tóxicas alrededor mío. Sí, aquellas que discriminan con leyes antiinmigrantes como la Ley de Alabama que no sólo es inconstitucional sino un atropeyo a los derechos civiles. Trato de evitar el odio racial y a las personas que se creen superiores, con privilegios. Muy común encontrarlas aquí especialmente en el Congreso. Busco alivianar la carga para aligerar el paso, revisando que mis zapatos no tengan piedras, para poco a poco, llegar a La Eterna Primavera y así estar más cerca a la esperanza, a la ilusión.
